No hubo venganza. Los Giants de Nueva York volvieron a romper el sueño de los Patriots de Nueva Inglaterra al vencer 17-21 y se proclamaron vencedores de la XLVI Super Bowl.
Los Giants comenzaron el partido más entonados con un touchdown de Cruz, pero los de Boston se sobrepusieron al bache justo al final de la primera parte. Tras el descanso, los Pats abrieron brecha con el touchdown de Aaron Hernández. Los Giants nunca se dieron por vencidos y dieron la vuelta al marcador a falta de 57 segundos con un touchdown que dejó el marcador en el 17-21 final, que les supone su cuarta Super Bowl tras la de 1987, 1991 y 2008.